Marzo arrancó con buenas noticias para el sector automovilístico mexicano: el hombre más rico del mundo, Elon Musk, confirmó que Tesla construirá una planta en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León. La inversión inicial será de cinco mil millones de dólares, misma que podría duplicarse en un futuro; además, según han anunciado generará entre cinco mil y seis mil puestos de trabajo.
Pero no solo es la creación de empleos, sino de empleos bien pagados. De acuerdo con el gobernador de Nuevo León, los habitantes de la entidad reciben en promedio un sueldo de 18 mil pesos; con la llegada de esta empresa, el sueldo promedio podría incrementar entre un 20 y 25%.
El arribo de Tesla parece confirmar la teoría de que México se está convirtiendo en el hot spot de la mano de obra a nivel mundial a través del nearshoring.
China en México
A mediados de febrero de este año, el secretario de Economía de Nuevo León, Iván Rivas, señaló que 28 compañías chinas están invirtiendo miles de millones en el Parque Industrial “Hofusan”, en donde construyen decenas de fábricas, según lo relató en The Daily el corresponsal de economía global para el New York Times, Peter Goodman.
Este parque industrial tiene un área de planificación de 8.4 kilómetros cuadrados, se encuentra en el municipio de Salinas Victoria, a unos 20 kilómetros de Monterrey y a tan solo 200 kilómetros de Lardo, Texas. ¿Y por qué Nuevo León? Se trata de la tercera mayor economía estatal del país, detrás de la Ciuad de México y el Estado de México. Además, es la segunda entidad en cuanto a la industria de servicios y la tercera en la industria manufacturera.
Otra pregunta pertinente: ¿a qué obedece que 28 empresas chinas o Tesla buscaron invertir en México? Al nearshoring. Un par de días después del anuncio de Tesla, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard destacó que “el nearshoring es una prioridad para acelerar la electromovilidad y la transición energética”, durante su ponencia en el diálogo ‘Rhythm of the left: Understanding Latin America’s Choices’.
Pero, ¿qué es exactamente el nearshoring?
Durante la pandemia por COVID-19, la fabricación de miles de productos se vio interrumpida debido al parón de actividades en prácticamente todo el mundo. Esto retrasó no solo la producción como tal, sino que también la distribución. Un claro ejemplo de ello fue la llamada “crisis de contenedores”, que hacía referencia a que los puertos marítimos en el mundo no tenían en donde ubicar los contenedores que llegaban día a día debido a que no había personal que los moviera como usualmente se hacía.
Luego, la reapertura económica en cada país fue distinta, por lo que retomar el ritmo comercial en todo el mundo, no fue sencillo. Ante una producción tropezada y una reapertura sin coordinación, las compañías tenían que buscar una manera de reducir costos y reactivar sus ritmos de trabajo, dando paso así al llamado nearshoring.
El nearshoring es una vía por la que una empresa transfiere parte de su producción a terceros, que aunque estén en otros países, se aseguran de que se encuentren cerca del destino de sus productos con el fin de optimizar las cadenas de suministro. Es una práctica totalmente contraria al offshoring, que busca transferir las operaciones de una empresa en un destino lejano.
De esta forma se explica que si una empresa como Tesla buscaba expandir su producción pero no a un destino tan lejano como China o Alemania (en donde ya tiene fábricas), lo haya buscado hacer cerca de su país sede: Estados Unidos.
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Qué significa el nearshoring para un país como México
Dicen que la mano de obra mexicana es una de las más baratas del mundo; pero, ¿qué tan barata? The Boston Consulting Group (BCG) realizó un estudio que reveló que las empresas mexicanas, gastan en promedio 372 dólares mensuales por la mano de obra, mientras que en China gastan 379 dólares. El mismo documento resaltó que en México se trabaja 12% más que en China, con 46 horas a la semana. Y en el caso de la liquidación, en México resulta un 44% más bajo que hacerlo en China.
Tras la publicación de este estudio, el director de BCG en México, Javier Romero destacó que además de temas económicos, México se ha convertido en un país atractivo para la producción debido a un mercado doméstico sano con potencial de consumo; al talento gerencial; y principalmente a su cercanía con Estados Unidos. Además de la proximidad geográfica, habría que tomar en cuenta también el contexto que vive aquél país con sus socios comerciales: en 2020, China era el principal país del que exportaba bienes, seguido de México, Canadá, Japón y Alemania.
Sin embargo, durante el año pasado, la tensión política entre Estados Unidos y China creció con el acercamiento que la Unión Americana tuvo con Taiwán, que hoy es reconocido como un país únicamente por 14 naciones. Esta tensión incrementó en las últimas semanas con acusaciones tanto estadounidenses como chinas de espiarse el uno al otro a través de globos “meteorológicos” que se habrían desviado de su rumbo y su objetivo no sería espiar en territorio ajeno.
Si bien la tensión entre ambos países no ha roto de lleno sus relaciones, lo cierto es que esta ha abierto una grieta para que México continúe acaparando el mercado y preparando el terreno para que cada vez más empresas internacionales trasladen sus operaciones a nuestro país.
2023: el año de la expansión
No solo la empresa Tesla y las 28 compañías chinas anunciaron o trabajan ya para llevar a cabo sus operaciones en nuestro país. Héctor Tijerina Morales, CEO de Invest Monterrey, la agencia oficial de promoción a la inversión en Nuevo León, informó que en lo que va del año, de enero a marzo, se han anunciado más de 50 inversiones relacionadas al nearshoring; estos proyectos equivalen a una inversión de 13 mil millones de dólares.
En esta entidad, por ejemplo, además de Tesla, Centro Automotive, que se encarga de la producción de baterías de litio, anunció una inversión de 200 millones de dólares; Navistar, de camiones, por 120 millones. En San Luis Potosí, BMW anunció la ampliación de sus operaciones por un total de 868 millones de dólares de inversión. En Querétaro, la empresa de tecnología ZF Group anunció un proyecto por 254 millones de dólares, además de que la empresa DANA hará lo propio por un monto de 21.7 millones de dólares.
El interés, desde luego, no es únicamente de parte del sector automotriz; el gerente general de la Oficina de Negocios de la Embajada de los Países Bajos en México resaltó que hay por lo menos 20 proyectos con interés de invertir en el país. Proyectos de sector manufacturero, retail, agronegocios y servicios.
Hoy, México vive ya un “boom industrial” y de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el impacto del nearshoring en el país podría alcanzar los 35 mil 300 millones de dólares al año en el corto y mediano plazo.
Así que sí: marzo arrancó con excelentes noticias para México y el futuro luce prometedor, mientras que la megaplanta de Tesla en Nuevo León prevé arrancar sus operaciones a comienzos del próximo año.