Las organizaciones se comprometen cada vez más en la preparación para la jubilación de sus colaboradores, de hecho, es poco frecuente encontrar empresas que no consideren realizar ningún tipo de acción al respecto.
Sin embargo, al momento de planificar la jubilación, no solamente se debe tomar en cuenta lo económico, debido a que esta etapa implica una serie de cambios importantes en la vida de los seres humanos.
La preparación para la jubilación va más allá del ahorro económico, ya que también es una estrategia de protección social, que tiene el propósito de cuidar y prevenir situaciones que pongan en riesgo la vida de las personas mayores o puedan resultar desagradables para ellas, además de velar por el disfrute pleno de esta etapa.
No obstante, muchas personas ven la etapa de la jubilación como el fin de sus vidas, les genera ansiedad y preocupación pensar qué pueden hacer con su tiempo libre y no conciben realizar otra actividad que sea diferente a la tarea que llevan a cabo a diario en su espacio de trabajo.
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A continuación, veremos dos casos que pueden ocurrir en una empresa:
Francisco es un colaborador en una organización y tiene 35 años de servicio en la misma institución, específicamente en el área de ventas. Durante todos sus años laborando, siempre ha sido puntual y nunca ha faltado al trabajo sin justificación, pero a partir de los últimos meses, cuando se le solicita alguna tarea que se sale de su rutina, reacciona con una actitud opositora y adversa hacia los directivos.
Por otro lado, Francisco ha preparado sus años de jubilación de una manera responsable, con un fondo de ahorro que le permitirá vivir plenamente sus últimos años, además, se encuentra planificando una rutina con actividades y proyectos personales que podrá poner en marcha durante su tiempo libre.
Rosa tiene 32 años trabajando en un bufete de abogados, específicamente en el área administrativa. Entre sus compañeros, es reconocida por ser una persona colaboradora y eficiente en todas sus labores, sin embargo, durante los últimos meses ha desmejorado su condición física, hasta el punto de presentar dificultad para caminar y constantes inasistencias.
Aunque reconoce que su jubilación está cerca, evita pensar en ello, no concibe realizar otras actividades diferentes a su trabajo y, a pesar de que su salud se ha visto deteriorada, siente que empeorará al dejar de trabajar.
Si continuamos evaluando estos dos casos mucho más a fondo, es muy probable que sigamos evidenciando que los dos empleados cumplen con los requisitos para prepararse a la etapa de la jubilación.
Por lo tanto, la organización debe comenzar a orientar y apoyar a los dos empleados en esta transición, prestando especial atención en Rosa para no convertirlo en un proceso traumático y doloroso.
El proceso de envejecimiento y la jubilación
El proceso de envejecimiento es una etapa donde se producen una serie de cambios tanto físicos como psicológicos, y en muchas ocasiones está asociada a la edad, sin embargo, hoy en día es muy común que las personas con edades similares muestran signos de envejecimiento de forma diferente.
Los expertos señalan que el envejecimiento viene acompañado de cambios significativos en la personalidad, el pensamiento, la capacidad de adaptación, cambios en los papeles sociales y en los roles, como es el caso de la jubilación.
Es durante esta etapa de la vida, cuando el empleado se encuentra cara a cara con la jubilación, la cual es entendida como el retiro laboral, que va acompañado de una pensión, retribuida por una cantidad significativa de tiempo que la persona ha trabajado a lo largo de su vida.
El cambio de estos hábitos y rutinas que la persona ha mantenido por largos periodos de tiempo puede ser anhelado por algunos colaboradores, y otros les puede generar temor, lo que sí es evidente, es que se trata de un cambio brusco que requiere de una preparación previa.
El impacto de la jubilación en los colaboradores
La jubilación puede ser vista como la entrada a la vejez y el cese de la etapa productiva para algunos colaboradores, pero para otros significa la llegada a una etapa que le permitirá materializar objetivos y metas personales en un espacio de libertad.
Para que las empresas realicen un correcto acompañamiento a sus colaboradores en el proceso de jubilación, es necesario conocer el impacto emocional que genera en cada una de las personas.
Positivo:
- Afronta la jubilación como un proceso natural
- Mayor dedicación a la familia y a los amigos
- Enfocarse en proyectos personales
- Satisfacción con la etapa laboral culminada
- Sensación de libertad
- Aprovechamiento creativo del tiempo libre
- Reestructurar el proyecto de vida
- Mayor dedicación a la salud y a los hábitos de vida saludable
Negativo
- Reducción de los ingresos
- Incremento de la inseguridad ante el futuro
- Disminución de las actividades diarias
- Surgen creencias erróneas sobre la vejez
- Descenso de la autoestima
- Conflicto con la pareja y los familiares
- Disminución de las relaciones sociales
- Soledad, ansiedad y depresión
- Trastornos psicosomáticos
Fases de adaptación a la jubilación
Diferentes estudios señalan que las personas pasan por diferentes fases antes de aceptar por completo la jubilación. Este proceso varía según la persona, así como también de la orientación y el apoyo recibido por parte de la empresa.
Prejubilación: Es el primer acercamiento con la etapa de la jubilación, cuyo proceso está acompañado de una orientación por parte de la empresa, la actitud del colaborador ante el cese de las actividades laborales, las expectativas y los objetivos alcanzables.
Luna de miel: Sucede durante los primeros días inmediatamente después de jubilarse, las personas se sienten como en vacaciones, pero sin la presión de que los días terminaran. Hay grandes expectativas por empezar las actividades, los planes y las metas personales trazadas.
Desencanto o decepción: En esta etapa las grandes expectativas comienzan a cambiar. El exceso de tareas al cumplir los proyectos personales puede que agote a las personas, o aparece la hiperactividad para evitar sentir tristeza o nostalgia. En otros casos, se evidencia la apatía y los sentimientos de inutilidad por no tener algo productivo para hacer.
Reorientación: Se reajustan las expectativas de la jubilación de una forma más realista. El cambio de pensamiento trae consigo un cambio de conducta ajustado a la percepción y a la realidad.
Estabilización de la situación actual: Durante esta fase la persona acepta de manera paulatina que se encuentra jubilado y se adapta satisfactoriamente a su realidad.
¿Cómo ayudar a los colaboradores en esta etapa de cambio?
Preparar a los colaboradores para su jubilación consiste en educar e informar sobre los nuevos retos que enfrentarán, y orientarlos a asumir su nueva situación de una manera positiva, además de analizar los beneficios que pueden aportar una mejora en su calidad de vida.
Por lo tanto, desarrollar diferentes planes o programas por parte de la empresa para acompañar el proceso de jubilación de sus colaboradores, aportará de manera positiva en esta etapa de transición, que dependiendo de las circunstancias y de diferentes factores puede generar un gran impacto en las personas.
Sensibilización de los colaboradores
Comunicar e informar a los colaboradores sobre todo lo relacionado con el acceso a la jubilación, es lo mínimo que puede hacer la empresa para iniciar este proceso. Si bien los trabajadores que se encuentran mucho más cerca de esta etapa, seguramente ya han investigado o comienzan a tener cierto interés sobre el proceso, no todos actúan de la misma manera. Por esa razón, una empresa comprometida con su talento humano, comparte información relevante e informa a través de charlas y sesiones para concientizar y sensibilizar sobre este tema.
Motivación y autoestima
A través de los planes de formación, incluir actividades que ayuden a fortalecer la motivación y a elevar la autoestima, con el objetivo de desarrollar pensamientos positivos que ayuden a afrontar la futura etapa de la jubilación, además de evitar que aparezcan limitaciones mentales, emocionales y económicas.
Aceptación al cambio
En muchos casos, las personas se resisten a vivir y disfrutar plenamente de la etapa de la jubilación, debido a ciertos comentarios o estigmas sociales que etiquetan este proceso como “la entrada a la vejez”. Derrumbar estas creencias y asumir la jubilación como un proceso natural, dando las herramientas al colaborador para continuar activo, traerá muchos beneficios a su nuevo estilo de vida.
Reorganizar el proyecto de vida
Es muy común que los colaboradores piensen que al entrar a la jubilación sus proyectos y ambiciones culminaron, por esta razón, es fundamental que los trabajadores comprendan que con el inicio de esta etapa puede mejorar su calidad de vida en muchos aspectos. Por medio de actividades y dinámicas, la empresa comparte herramientas al colaborador que le permita tener una mejor visión y dominio de su futuro. Los proyectos de vida de las personas mayores se basan en sus experiencias previas, enfocados en sus planes presentes y futuros.
Aprovechamiento creativo del tiempo libre
Orientar a los colaboradores cómo pueden aprovechar su tiempo libre, explorando y adquiriendo nuevas habilidades y conocimientos, así como también ocupando su tiempo en realizar actividades de interés, aficiones, oficios, labores recreativas o culturales, trabajo comunitario o voluntario, con el objetivo de continuar realizando actividades productivas y evitar la inactividad.
Apoyar y orientar en el proceso de jubilación es preparar a los colaboradores que ofrecieron todos sus años de servicio, no solo al impulso productivo de la empresa, sino también al servicio de la sociedad para transitar a una nueva etapa que les permita vivir plenamente y adquirir todos los beneficios logrados a través de su trabajo.
