¿Qué distingue a los negocios que mantienen el éxito de forma sostenida y consiguen destacarse en su mercado? Podríamos responder que la dedicación y el empeño que ponen en trabajar en su competitividad empresarial. Pero claro, para poder dedicarte a ello es necesario entender en qué nivel se encuentra tu compañía. Por eso, hoy te hablaremos de los indicadores de competitividad imprescindibles para tu organización.
¿Qué son los indicadores de competitividad? ¿Cuáles puedes aplicar en tu empresa? ¿Para qué sirve hacer control de estos indicadores? Y, en definitiva, por qué son importantes para tu negocio. Descubre todo eso y mucho más en este artículo.
Tabla de contenidos
¿Qué es la competitividad empresarial?
Podríamos decir que el término no tiene una definición estandarizada. Su significado puede variar mucho según el contexto. En el caso de la competitividad empresarial podemos definirla como la capacidad de una compañía para producir bienes o servicios con una adecuada relación calidad-precio, que pueda garantizar la rentabilidad y consiga que los clientes la elijan frente a otros competidores.
Así, cuando las organizaciones son capaces de generar, mejorar o mantener su crecimiento y desarrollo de forma sostenida dentro de un mercado determinado, se dice que son competitivas.
Pero también comprende aspectos como:
- Capacidad para equilibrar el precio de sus productos y servicios.
- La calidad de estos bienes.
- Satisfacción de los clientes y de los empleados
- Rentabilidad deseada.
En otras palabras, para que una empresa pueda ser competitiva debe tener un desempeño adecuado en sus costos y ser eficiente en todas sus actividades.
No podemos dejar de incluir en esta definición el rol que ocupa la competencia. Porque cuando hablamos de competitividad empresarial también nos estamos refiriendo a la capacidad de una compañía para lograr mejores resultados o un rol destacado en el mercado en relajación a sus competidores.
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¿Qué son los indicadores de competitividad?
Los indicadores o también llamados KPIs (del inglés Key Performance Indicators), son una unidad métrica que se utiliza para medir el rendimiento de una actividad o proceso concreto dentro de las empresas.
En el caso de los indicadores de competitividad, son un conjunto de métricas que se emplean para evaluar los procesos o actividades de las empresas en relación a su capacidad para producir bienes y servicios, garantizar la rentabilidad y conseguir que los clientes internos (trabajadores) y externos la elijan frente a otros competidores.
Como podemos ver, se pueden medir muchas variables a través de indicadores de competitividad. Siendo algunos de los aspectos más relevantes la productividad, rentabilidad, cuota de mercado, desempeño de los colaboradores, entre otras.
El objetivo de utilizar indicadores de competitividad es que estos sirvan de referencia a la hora de evaluar procesos o actividades en función de los objetivos que se quieran alcanzar. Es decir, que la empresa puede medir su competitividad a la luz de lo que pasa en las diferentes áreas y procesos que forman parte de la compañía.
Así, al preguntarnos para qué sirve hacer control de estos indicadores, podemos responder que:
- Permite medir el éxito de las acciones realizadas para mejorar la posición de la empresa en el mercado.
- Colabora en la detección de posibles deficiencias para hacer ajustes.
- Ayuda a tomar mejores decisiones gracias a los datos precisos que suelen brindar estas métricas.
La importancia de los indicadores de competitividad en las empresas
Hoy, más que nunca, medir la competitividad de las empresas es un aspecto crítico para mantener una posición adecuada en el mercado y abordar el futuro de la mejor manera. La importancia de los indicadores de competitividad en las organizaciones se ve reflejada en las estadísticas.
Según datos del Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (CETRO-CRECE) el panorama en México es el siguiente:
- 75% de las PyMEs cierran sus operaciones antes de cumplir los 2 años de operación.
- 80% abandona la actividad antes de los 5 años
- 90% no llega a cumplir los diez años de vida.
Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) muestran que la esperanza de vida de los negocios en el país es de alrededor de 7 años y cada año que transcurre la probabilidad de cierre aumenta.
Así, la tendencia clara es que un alto porcentaje de empresas termina su actividad antes de cumplir la década. Por ello los indicadores de competitividad son clave para la sostenibilidad de los negocios. En tanto, son métricas que reflejan la capacidad de una compañía de generar rentabilidad de forma continua y mantenerse en competencia en el mercado.
Los indicadores de competitividad también permiten evaluar el rendimiento de una empresa y su equipo en comparación con los objetivos o resultados esperados, en un período de tiempo específico. Es decir que ayudan al liderazgo y directivos a entender si las estrategias adoptadas para alcanzar las metas de competitividad en la empresa están dando resultados, qué tan efectivas son y si se requieren ajustes.
Por lo general, los indicadores de competitividad se suelen vincular a la productividad y eficiencia de las distintas áreas que componen una compañía. Incluyendo, por supuesto, la labor de los trabajadores de la empresa.
6 indicadores de competitividad que puedes aplicar en tu empresa
En líneas generales, las empresas suelen adoptar varios tipos de indicadores para alcanzar una visión más completa de los resultados que brindan las estrategias, acciones y esfuerzos realizados en la organización.
Si todavía no usas indicadores de competitividad porque desconoces cuáles implementar, a continuación te compartimos un listado con algunas alternativas:
1- Productividad
Esta es una de las variables más representativas de la competitividad de una empresa. Al medir la productividad lo que se busca es conocer la cantidad de recursos (tiempo, talento y dinero, etc.) que se utilizan en un determinado proceso, para alcanzar unos resultados determinados, en un periodo concreto.
Así, los KPIs de productividad en las empresas son importantes indicadores de crecimiento económico, ya que permiten evaluar sus niveles y tasas de crecimiento en relación a lo producido, los recursos empleados y el tiempo que tomó conseguirlo. Por ello, son de gran ayuda para saber si se está haciendo un uso eficiente de los recursos y si hace falta alguna mejora al respecto.
No solo proporciona información general sobre la eficiencia del negocio, sino sobre la calidad del trabajo que realiza el capital humano. En tanto, ayuda a analizar el tiempo que tardan los empleados en cumplir determinadas tareas y objetivos que se han establecido para su puesto en la empresa.
Claro que para conocer el nivel de productividad del talento Recursos Humanos debe considerar todos los factores que afectan su rendimiento productivo. Esto incluye: el tiempo que los empleados pasan trabajando, su desempeño, es decir, los resultados que logran en ese periodo y la calidad del producto entregado.
Para gestionar este y otros KPI de Recursos Humanos necesitas una herramienta potente que te brinde datos certeros y en tiempo real sobre tus colaboradores. 👉 Descubre cómo tomar mejores decisiones basándote en datos reales sobre tu personal y tu negocio.
2- Rentabilidad
Hablamos de rentabilidad como la capacidad que tiene una empresa para generar beneficios. Así, los KPIs de rentabilidad sirven para medir la salud financiera de un negocio y su rendimiento. Por ello, generalmente estas métricas toman los ingresos obtenidos por la empresa y los comparan con las distintas categorías de gastos que esta tiene.
De esta forma, permiten saber cómo le va al negocio con la generación de beneficios durante un período determinado,considerando:
- Ingresos obtenidos.
- Costos de la actividad empresarial.
- Activos que figuran en el balance general.
- Patrimonio neto.
- Flujo de efectivo.
- Impuestos.
Los diferentes tipos de indicadores de rentabilidad se miden durante un periodo de tiempo concreto para observar el desempeño de la compañía en un arco temporal determinado. Gracias a esto, se puede proyectar cómo se comportará en el futuro el negocio en un lapso similar.
Por ello es una forma de medir la competitividad del negocio, en tanto, permite vislumbrar la capacidad de una compañía para seguir generando beneficios de forma sostenida.
Una herramienta que es vital en estos casos es un software de control de gastos. Puedes acceder a Factorial Expenses y automatizar la gestión de los gastos de tu empresa para ahorrar más y aumentar la rentabilidad. Pero, sobre todo, ganar tranquilidad y tiempo para destinarlo a actividades de mayor valor para el negocio.
3- Calidad
Otros de los indicadores de competitividad son aquellos destinados a medir la calidad de los procesos, productos o servicios. ¿Cómo medir algo semejante? Una forma de hacerlo es identificando el nivel de satisfacción de las personas que interactúan con estos.
Si nos enfocamos en Recursos Humanos, podemos encontrar indicadores como el Employee Net Promoter Score (eNPS). Este es un sistema que permite medir la fidelidad y el engagement de los empleados y hacer un seguimiento del compromiso de estos. Lo que da una noción más clara del impacto que tienen las estrategias aplicadas desde RR.HH. para fortalecer el employee engagement.
Pero, sin dudas, el indicador de competitividad que mejor refleja la calidad de tus procesos en relación al personal es la tasa de retención de talento. Esta métrica revela la capacidad de la empresa para satisfacer las necesidades de los trabajadores, superar sus expectativas y motivarlos a quedarse más tiempo en la compañía.
Así, cuando hablamos de calidad como indicador de competitividad nos referimos a aquella brindada al equipo para conseguir que este se comprometa con los resultados del negocio y colabore en su éxito.
4- Cuota de mercado
Sin dudas, en relación a los indicadores de competitividad no podemos dejar de mencionar la cuota de mercado. Este KPI permite conocer cómo se encuentra una empresa frente a su competencia. En tanto, se enfoca en la proporción del total de consumidores que compra los productos o servicios del negocio y la eligen en lugar de sus competidores.
Este indicador también se puede aplicar en Recursos Humanos, por ejemplo, al medir el tiempo medio de contratación, es decir cuánto tarda la compañía en atraer nuevo talento.
Otra métrica que también podrían aplicarse en este caso es la tasa de conversión de la contratación. Este KPI permite determinar el rendimiento de tus procesos de reclutamiento y selección e identificar los métodos o canales que generan candidatos que se ajustan al perfil deseado.
También podríamos mencionar la tasa de rotación de empleados o la tasa de abandono. Estás miden cuántos colaboradores en promedio abandonan la empresa en un determinado período de tiempo. Lo que representa en qué proporción tu personal deja tu equipo para buscar una vacante en otra compañía.
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5- Capacidad
El indicador de capacidad se suele utilizar para medir el nivel de excelencia operativa de los equipos. Refleja cómo está utilizando sus recursos la organización. Por ejemplo, puedes cuantificar la cantidad de candidatos entrevistados por el equipo de RR.HH. durante una semana y compararlo con la meta estimada.
Es tan relevante este indicador que permite saber en qué procesos están los cuellos de botella y dónde se pierde más tiempo.
Según un estudio de Harvard Business Review en promedio las compañías pierden un 20% de su productividad en tareas repetitivas. En el área de talento las siguientes actividades son la mayores ladronas de tiempo:
- Papeleo. Buscar, escanear, copiar, archivar son las tareas mínimas que debe hacer RR.HH. para gestionar el papeleo. Esto insume una cantidad de horas considerable al equipo. Por ello, la digitalización es el camino al que muchas empresas están dirigiéndose con el objetivo de agilizar las tareas del departamento.
- Información desorganizada. Los datos son clave para la toma de decisiones, pero cuando el volumen de información es elevado y no hay mecanismos prácticos y ágiles para analizarla, se torna un problema. En este punto, hay muchas soluciones digitales que ayudan a simplificar la recolección y el análisis de datos y la elaboración de informes a partir de ellos para hacer más digerible la información.
- Procesos innecesarios. Naturalmente, RR.HH. es un departamento que tiene que ejecutar numerosas tareas en el día a día. Es que cada hito en el ciclo de vida de los empleados desencadena un proceso. Sin embargo estos deben evolucionar con la empresa, es decir, modernizarse, simplificarse o suprimirse cuando se pueda. De lo contrario, se corre el riesgo de sostener procesos que solo sobrecargan al equipo de talento y le quitan tiempo para tareas más estratégicas dentro del área.
6- Eficacia de la formación
Como ya vimos, la competitividad de una empresa está dada también por la capacidad de su talento para entregar cada vez mejores resultados, garantizar la calidad de los productos y servicios de forma sostenida y, gracias a ello, seguir siendo la opción elegida por los clientes.
Para que todo este camino sea posible, los empleados deben contar con las habilidades y competencias acordes a su rol. De ahí que la capacitación es una iniciativa vital para la competitividad de las organizaciones. Afortunadamente, existe una forma de medir los resultados en este sentido.
Por lo general, la evaluación de la formación es un proceso sistemático con el que las compañías pueden analizar si los programas de capacitación se imparten de forma eficaz. Así, gracias a estos indicadores de competitividad se puede evaluar la existencia de deficiencias en los planes formativos y descubrir oportunidades para mejorarlos.
Mediante encuestas y la recopilación de opiniones, los profesionales de Recursos Humanos pueden evaluar si los programas de capacitación permiten lograr los resultados previstos. Además, ayudan a revisar si los materiales y recursos utilizados para las formaciones están en consonancia con las necesidades y objetivos del talento y las necesidades y metas comerciales de la empresa.
¿Cómo puede ayudar un software de RR.HH. a mejorar la competitividad de tu empresa?
Está claro que alcanzar la competitividad empresarial es un arduo trabajo. Pero también es evidente que el personal tiene un rol clave en el logro de ese objetivo. Para poder acompañar adecuadamente al talento de tu empresa para mejorar su desempeño y entregar mejores resultados, necesitas dedicarle tiempo a las personas de tu compañía. Precisamente tiempo es lo que puede darte un software de RR.HH.
¿Te preguntas cómo? A través de la automatización de las tareas repetitivas, rutinarias y meramente operativas del área. Ya hemos visto que estas pueden ocupar hasta un 20% del tiempo del equipo de RR.HH. al incorporar una herramienta digital puedes comenzar a unificar procesos del área para evitar tareas duplicadas, agilizar el accionar de los profesionales de este departamento y así ahorrar mucho tiempo.
Ese es el recurso que usará tu equipo de capital humano para invertir en el activo más valioso de la empresa: las personas. Así, con el conjunto adecuado de funcionalidades reunidas en este software todo en uno, puedes optimizar la eficiencia de RR.HH. y, con ello, mejorar la gestión de talento en tu compañía.
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