Como si se tratara de la relación religiosa entre un aficionado del fútbol y el jersey de su equipo, la frase ponerse la camiseta en el ámbito laboral mexicano está asociada al compromiso, sacrificio y sentido de pertenencia que se espera los y las integrantes de un equipo de trabajo con su empresa. En esa línea de valores se espera que las personas saquen su mejor versión, casi como héroes, ante cualquier escenario, superando sus frustraciones, laborando horas extras e inclusive haciendo otras tareas que están fuera de su contrato.
Pero esta forma de generar compromisos, ¿sigue siendo efectiva frente a las nuevas generaciones y sus escalas de valores?
Muchas veces “ponerse la camiseta” recae sobre el equipo de trabajo. Sin embargo, existe el lado oscuro y criticable de esta situación, pues no siempre son remuneradas esas horas extras o no se obtienen las recompensas esperadas por los equipos, mucho menos propicia un entorno laboral saludable o algo tan simple como el reconocimiento.
En entrevista con Factorial, el doctor José Alfonso Bouzas Ortíz, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, explicó que muchas empresas en México y el mundo se aprovechan de sus colaboradores, a tal grado de orillar a la persona a renunciar y reemplazarla por otra.
“Esto pasa principalmente en México porque tenemos un empresariado conservador que no se da cuenta que el capital, la empresa o el sector financiero no generan valor, sino lo que genera el valor es el trabajo, y no valoran a sus equipos porque creen que siempre habrá alguien que aceptará las condiciones que alguien no acepta”, dijo Alfonso Bouzas.
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¿Trabajar más horas para ganar más?
Es normal que ante una situación de crisis, una empresa pida a sus equipos de varias áreas quedarse horas extra para terminar un proyecto. Pero cuando esta situación se repite de forma constante, entonces puede que exista un problema: mala gestión de tiempos y personal, plazos inalcanzables para las metas, entre otros.
Datos oficiales refieren que cerca del 26% de toda la fuerza de trabajo de México labora más de lo legalmente establecido (cerca de 15 millones de personas), es decir, más de las 48 horas que marca la Ley Federal del Trabajo.
Primero se debe entender que una jornada normal se reparte en ocho horas diarias durante seis días consecutivos, pero cambia cuando es una jornada nocturna o mixta, en esos casos son siete y siete horas y media, respectivamente. Pasando ese límite se consideran horas extras, pero los trabajadores solo pueden laborar nueve horas extraordinarias a la semana, las cuales se pagan al doble o inclusive al triple, y son de carácter voluntario. Sin embargo, muchas empresas no pagan ese tiempo extra.
El artículo Mercado laboral: ¿Ganan más los mexicanos que más trabajan? refiere que aquellos que más trabajan no tienen más dinero, de hecho pertenecen a hogares con menor cantidad de ingresos.
“Trabajar una cantidad excesiva de horas, como lo hacen esos casi 15 millones de mexicanos y mexicanas, no solo incumple las leyes laborales, sino que afecta las posibilidades de las personas para alcanzar un balance entre la vida y el empleo”, refiere el mismo artículo escrito por Diana Hernández, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Lo peor es que esa carga de trabajo extra ha traído consecuencias, pues 75% de la fuerza laboral en México padece fatiga por estrés laboral, superando países como China y Estados Unidos, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social.
A la juventud no le interesa “ponerse la camiseta”
No por casualidad las redes sociales están llenas de memes que se burlan de los managers que piden “ponerse la camiseta”. Y es que a la hora de buscar empleo, la juventud que apuestan por su autonomía y un trabajo flexible que les permita tener más tiempo de realizarse en otras áreas, como tiempo con su familia, trabajo desde casa, viajar. En pocas palabras, buscan su bienestar, no solo en el plano laboral, también en el personal
Más de 9 millones de jóvenes mexicanos trabajan o buscan un empleo. La mayoría (48.8%) de los que tienen un empleo, laboran entre 35 y 48 horas a la semana, nada de horas extra, así lo refieren datos de ´El Panorama educativo y laboral de los jóvenes en México´.
El investigador José Alfonso Bouzas Ortíz explicó que muchos jóvenes no quieren “ponerse la camiseta” y no generan mayores compromisos con una empresa porque muchos no piensan en su estabilidad laboral, aunque su futuro depende de ello, pero esta situación también es producto de las “perversidades” del mercado laboral, por ejemplo: falta de diálogo y reconocimiento, exceso de trabajo y sueldos bajos.
En el texto La nueva manera de “ponerse la camiseta“, publicado por el diario argentino ‘La Nación’, se expone que las nuevas generaciones componen la mitad del mercado de trabajo, pero su estructura de valores funciona de forma diferente a la de otras generaciones
“En los modelos viejos se lograba pertenencia por medio de premios, promociones o vacaciones, es decir, se discutía dinero, pero hoy los requerimientos son, además, otros. Se exige, por ejemplo, flexibilidad para poder compatibilizar el trabajo con la vida personal”, refiere Miguel Capurro, director de capital humano de Randstad Argentina.
Cristina Bomchil, directora ejecutiva de Valuar Executive Research, explica que el valor de la estabilidad cambió con los millennials y centennials, dado que los jóvenes ya no buscan darlo todo a una empresa, sino generar su propio camino, el crecimiento de su carrera.
Frente a las nuevas generaciones, las empresas se están enfrentando al hecho que sus colaboradores no solo piensan en trabajo, sino en sus valores propios, por esa razón deben integrar también esas ideas o valores, y no solo a las personas que realizan una acción por la que se les paga. Así se genera una ambiente de trabajo sano.
Antes se pensaba que un ambiente sano consistía en brindar espacios físicos ventilados, limpios y seguros, pero ahora también se requiere de un ambiente accesible en el que se entiendan las capacidades y habilidades de cada una de las personas que componen un equipo.
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“Ponerse la camiseta” es cosa de dos partes
Esta relación no es unilateral, sino que debe ser de dos vías, tanto para los colaboradores como de la empresa, respetando sus derechos que por ley corresponden, proyectando metas más realistas para evitar momentos de crisis, valorando a sus equipos y generar valores comunes.
José Alfonso Bouzas, comentó que existen nuevas estructuras de trabajo donde hay un diálogo horizontal, se generan nuevas motivaciones para que el personal esté lo más cómodo posible y se interesan por valores legítimos, por ejemplo, el cuidado por el medio ambiente o el respeto a los derechos humanos. Bouzas concluyó que cuando un equipo se siente escuchado, apoyado y valorado, tiende a tener mayor compromiso e interés en el trabajo.