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Microviolencias en el trabajo: ¿qué son y cómo evitarlas?

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Microviolencias en el trabajo: ¿qué son y cómo evitarlas?

Antes de hablar de microviolencias en el trabajo, es importante resaltar que las relaciones de poder en el ámbito laboral son una realidad cotidiana que se experimenta en todo tipo de organizaciones, ya sean públicas o privadas, comerciales o de servicios, con o sin fines de lucro. El poder y la política como medios de control y dominación están presentes en todas ellas, dado que están conformadas por individuos con sus propias motivaciones, expectativas y comportamientos impredecibles.

Sin embargo, durante mucho tiempo, la literatura sobre el management estratégico ignoró esta realidad y retrataba a los directivos como personajes inteligentes y racionales que trazaban la estrategia que todos debían seguir, mientras que los trabajadores eran considerados obedientes, sumisos y leales (Mintzberg, Ahlstrand y Lampel, 2010).

Esta visión puede haber sido válida en épocas pasadas, pero en la actualidad las organizaciones son dinámicas y cambiantes, y los empleados demandan condiciones justas de trabajo, respeto, autonomía y la posibilidad de equilibrar su vida personal y profesional.

A pesar de estas expectativas, muchos directivos parecen estar desconectados de esta realidad y desconocen a las personas detrás de los indicadores y resultados. Olvidan que los empleados son el pilar fundamental para la productividad, competitividad y sostenibilidad de las organizaciones.

Esta falta de reconocimiento se traduce en omisiones, inequidades, maltrato psicológico, agresiones verbales, sobreexplotación de capacidades y acoso laboral, entre otras prácticas perjudiciales que generan inconformidad y alimentan el conflicto en el entorno de trabajo.

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El management a menudo se compara con el juego de ajedrez, pero imaginemos qué pasaría si todas las piezas tuvieran emociones y habilidades distintas. Si no solo estuvieras inseguro acerca de las piezas de tu adversario, sino también sobre las tuyas propias. Si el caballo pudiera moverse sigilosamente a una nueva posición, si el alfil pudiera persuadir a los peones para abandonar sus puestos y si los peones, resentidos por ser peones, pudieran cambiar de posición y sorprenderte con un jaque mate repentino (Eliot, 1980).

Esta es precisamente la realidad que se vive en nuestras organizaciones a diario. Los directivos a menudo ignoran que detrás de cada movimiento estratégico hay personas con emociones e inteligencia, enfrentando situaciones difíciles y luchando por sobrevivir en este “campo de batalla” llamado organización. En lugar de reconocer este contexto, los directivos suelen embarcarse en juegos políticos internos.

Conscientes de la necesidad de abordar esta problemática, hoy en Factorial nos proponemos darte a conocer qué son las micro violencias en el trabajo y cómo pueden afectar a las personas y a las organizaciones en su conjunto. Además, exploraremos estrategias y enfoques para reducir y prevenir estas conductas nocivas, fomentando un entorno laboral más saludable y respetuoso, que impulse un cambio positivo y la construcción de entornos laborales donde prime el respeto, la equidad y el bienestar de todos los integrantes de las organizaciones.

¿Qué son las microviolencias en el trabajo?

La violencia en el trabajo es un tema serio, pero a veces puede pasar desapercibida. Básicamente, se refiere a cualquier acción o comportamiento que se sale de lo razonable y termina perjudicando a alguien en su trabajo. Desde agresiones físicas hasta formas más sutiles pero igualmente perjudiciales, como el acoso psicológico o sexual. También existen conductas incivilizadas que pueden causar estragos en el ambiente laboral. ¿No es una locura?

Aquí viene lo interesante. A esas formas más sutiles de violencia en el trabajo les llamamos “microviolencia”. Básicamente, son esos actos leves pero repetitivos de violencia que ocurren públicamente en el lugar de trabajo. Hablamos de cosas como el maltrato laboral, el amedrentamiento, el mobbing o la intimidación y el hostigamiento colectivo. Además, no podemos olvidar la persecución laboral, la discriminación, el entorpecimiento, la inequidad y la desprotección laboral. ¡Todo eso es parte de la lista!

Ahora bien, el psicólogo español Iñaki Piñuel, experto en acoso laboral, define  la microviolencia psicológica como una forma de violencia psicológica sutil y encubierta que se manifiesta a través de gestos, miradas, silencios significativos, desprecios velados y otros comportamientos similares. Estas acciones buscan erosionar la autoestima y el bienestar emocional de la persona afectada.

Otros expertos, como el psicólogo laboral estadounidense Gary Namie, definen las microviolencias en el trabajo como una serie de comportamientos cotidianos que pueden parecer insignificantes individualmente, pero que, en conjunto, crean un clima de hostilidad y malestar en el entorno laboral. Esto incluye la exclusión social, el chismorreo, la manipulación de la información, el sabotaje de tareas y la asignación de tareas irrelevantes o excesivas.

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Manifestaciones de las microviolencias en el trabajo

Ahora ahondemos en las expresiones de microviolencias que, según la OIT en el convenio sobre violencia y acoso, podrían manifestarse en tu ambiente laboral y que de forma sutil se viven en las empresas. Conocerlas es una herramienta clave para contrarrestarlas:

  • Maltrato laboral: Esta manifestación implica cualquier acción o comportamiento violento que afecte la integridad física o moral, la libertad física o sexual, así como los bienes de los trabajadores. Incluye expresiones verbales injuriosas o ultrajantes que dañen la integridad moral, la intimidad y el buen nombre de los empleados. Es importante recordar que todos merecen ser tratados con respeto y dignidad en el entorno laboral.
  • Amedrentamiento: El amedrentamiento en el trabajo se refiere a comportamientos ofensivos por parte de un miembro del personal que buscan debilitar la condición de otro trabajador o de un grupo de trabajadores. Esto puede manifestarse a través de actos revanchistas, crueles, malintencionados o humillantes. Algunos ejemplos incluyen crear dificultades cotidianas para aquellos que puedan destacarse en su trabajo, alzar la voz o gritar sistemáticamente al dar instrucciones, imponer puntos de vista de manera autoritaria o privar de responsabilidades a aquellos que muestran competencias o aptitudes profesionales.
  • Mobbing o intimidación y hostigamiento colectivo: Esta manifestación implica una práctica en la cual un grupo de trabajadores ejerce hostilidad y acoso hacia un compañero específico. Esto puede incluir la repetición de comentarios negativos o críticas constantes dirigidas hacia esa persona, el aislamiento social al evitar todo contacto o propagar chismes e información falsa para perjudicarla. El objetivo es desestabilizar al trabajador en su cargo y forzar su renuncia, buscando incluso reemplazarlo por alguien más afín al grupo.
  • Persecución laboral: Se trata de toda conducta que, por su reiteración o evidente arbitrariedad, busca inducir la renuncia del empleado. Esto se logra a través de descalificaciones constantes, la asignación excesiva de carga de trabajo y cambios permanentes de horario que generen desmotivación laboral. La persecución laboral tiene como objetivo desgastar psicológicamente al trabajador y obligarlo a dejar su empleo.
  • Discriminación laboral: En esta manifestación se trata a los trabajadores de manera diferenciada debido a su raza, género, edad, origen familiar o nacional, credo religioso, preferencia política o situación social. La discriminación laboral implica un trato injusto y sin justificación desde el punto de vista laboral, violando los principios de igualdad y equidad en el entorno de trabajo.
  • Entorpecimiento laboral: Esta manifestación se refiere a toda acción que obstaculiza el cumplimiento de las labores o las hace más difíciles o gravosas para el trabajador. Puede incluir la privación, ocultación o inutilización de los insumos, documentos o instrumentos necesarios para realizar el trabajo, la destrucción o pérdida intencional de información o el ocultamiento de correspondencia o mensajes electrónicos. El entorpecimiento laboral busca dificultar el desempeño del trabajador y generar frustración en sus tareas.
  • Inequidad laboral: La inequidad laboral se refiere a la asignación de funciones de manera menospreciada o desestimada hacia un trabajador. Esto implica tratarlo de manera injusta y desigual, sin reconocer su capacidad, experiencia o méritos. La inequidad laboral afecta la motivación y el desarrollo profesional de los empleados, generando un ambiente de descontento y desigualdad en el trabajo.
  • Desprotección laboral: La desprotección laboral engloba conductas que ponen en riesgo la integridad y seguridad del trabajador. Esto puede manifestarse a través de órdenes o asignación de funciones sin cumplir los requisitos mínimos de protección y seguridad necesarios. Es decir, se expone al empleado a situaciones peligrosas o se le asignan tareas sin los equipos adecuados de protección personal, lo cual puede afectar su salud y bienestar.

Cada una de estas manifestaciones de microviolencias en el trabajo tiene un impacto negativo en el bienestar y la calidad de vida de los empleados. Es fundamental promover un entorno laboral seguro, respetuoso y equitativo, donde todos los trabajadores se sientan valorados, respetados, dignos y protegidos.

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Vamos a lo positivo: ¿cómo nos liberamos de esas microviolencias?

A continuación, te brindamos herramientas detalladas para disminuir o eliminar las microviolencias en el trabajo, basadas en las investigaciones de la experta en management estratégico Olga Herminda Román:

  1. Adopta un enfoque sistémico: Reconoce que los problemas organizacionales son complejos y multidimensionales. El fenómeno de la violencia en el trabajo tiene múltiples causas, por lo que abordarlo requiere un pensamiento holístico y sistémico. Examina los factores individuales, grupales y organizacionales que pueden contribuir a las microviolencias y desarrolla estrategias que aborden cada nivel.
  2. Fomenta la comunicación abierta: Establece canales de comunicación efectivos y fomenta un ambiente en el que los empleados se sientan seguros para expresar sus preocupaciones. La falta de comunicación adecuada puede generar malentendidos y conflictos, que a su vez pueden desencadenar microviolencias. Promueve reuniones regulares, tanto formales como informales, donde los empleados puedan discutir problemas y colaborar en la búsqueda de soluciones. Factorial es tu gran aliado en la programación de estos espacios.
  3. Fortalece el liderazgo inclusivo: Involucra a los miembros de la organización en la formulación, ejecución y evaluación del plan estratégico. Al darles voz y responsabilidades concretas, fortaleces su identidad y compromiso con la empresa. Facilita su participación en juntas, comités o grupos de trabajo, donde puedan compartir ideas y puntos de vista. Esto ayudará a liberar tensiones, identificar patrones de influencia social y canalizar esfuerzos para mejorar los planes.
  4. Promueve un clima laboral positivo: El clima laboral influye en la forma en que los empleados interactúan entre sí. Proporciona un entorno seguro, justo y respetuoso, donde se valore la diversidad y se promueva la colaboración. Fomenta la empatía, el reconocimiento y la valoración de las contribuciones individuales. Brinda oportunidades de desarrollo profesional y personal, y asegúrate de que las políticas de la empresa promuevan un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
  5. Gestiona los conflictos de manera constructiva: Los conflictos son inevitables en cualquier organización, pero es importante abordarlos de manera efectiva. Fomenta habilidades de resolución de conflictos entre los empleados, proporcionando capacitación y recursos adecuados. Promueve la empatía y la comprensión mutua, alentando a las partes involucradas a buscar soluciones colaborativas en lugar de recurrir a la violencia o la agresión.
  6. Cultiva una cultura organizacional sólida: Fortalece la cultura de la organización como una fuerza unificadora e integradora. Identifica los valores, normas y comportamientos deseados que deben ser compartidos por todos los miembros. Esto incluye fomentar el respeto, la equidad, la ética y la responsabilidad social. La cultura organizacional sólida contribuirá a canalizar los esfuerzos de toda la organización hacia un interés común y ayudará a prevenir las microviolencias.
  7. Implementa políticas de tolerancia cero: Establece políticas claras que prohíban cualquier forma de violencia o microviolencia en el trabajo. Comunica de manera efectiva estas políticas a todos los empleados y asegúrate de que se cumplan de manera rigurosa. Esto enviará un mensaje contundente de que las microviolencias no serán toleradas en la organización.
  8. Brinda capacitación en inteligencia emocional: La inteligencia emocional es fundamental para gestionar las emociones propias y las de los demás. Ofrece programas de capacitación en habilidades de inteligencia emocional a los empleados y líderes de la organización. Esto les permitirá desarrollar una mayor empatía, comunicarse de manera efectiva y resolver conflictos de manera constructiva.
  9. Establece mecanismos de denuncia confidenciales: Crea canales seguros y confidenciales para que los empleados puedan informar cualquier incidente de microviolencia. Asegúrate de que existan procedimientos claros para investigar y abordar las denuncias de manera justa y rápida. Garantiza que no haya represalias contra los denunciantes y que se tomen medidas adecuadas para corregir los comportamientos inapropiados.
  10. Fomenta la responsabilidad individual y colectiva: Promueve la responsabilidad individual de cada empleado en la construcción de un ambiente de trabajo saludable y respetuoso. Incentiva a los empleados a tomar conciencia de sus propias conductas y a ser conscientes del impacto que pueden tener en los demás. Además, enfatiza la responsabilidad colectiva de todos los miembros de la organización para promover un entorno libre de microviolencias.
  11. Realiza evaluaciones periódicas del clima laboral: Implementa encuestas o evaluaciones periódicas para medir el clima laboral y detectar posibles situaciones de microviolencia. Analiza los resultados y toma medidas correctivas según sea necesario. Estas evaluaciones proporcionarán información valiosa sobre las áreas problemáticas y permitirán implementar estrategias preventivas de manera oportuna.
  12. Establece programas de apoyo y bienestar: Implementa programas de apoyo psicológico y bienestar para los empleados. Brinda recursos como asesoramiento, coaching y actividades de promoción de la salud mental. Estos programas ayudarán a los empleados a manejar el estrés, mejorar su resiliencia y fortalecer sus habilidades para afrontar situaciones difíciles, reduciendo así el riesgo de microviolencias.
  13. Sé un modelo a seguir: Como líder, tu comportamiento establece el tono para toda la organización. Asegúrate de actuar de manera ética, respetuosa y justa en todas tus interacciones. Promueve una cultura de respeto y dignidad, y sé transparente en tus comunicaciones. Al ser un modelo a seguir, inspirarás a los demás a seguir el mismo camino y a contribuir a un entorno de trabajo libre de microviolencias.

Al implementar estas herramientas, estarás creando un entorno laboral más saludable, respetuoso y productivo, donde los empleados puedan desarrollar todo su potencial y contribuir al éxito de la organización. Recuerda que erradicar las microviolencias es una responsabilidad compartida, y tu liderazgo es clave para promover un cambio positivo y duradero.

¡Juntos podemos construir un entorno laboral libre de microviolencias y fomentar el bienestar de todos los miembros de la organización!

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Comunicadora y marketera senior, Máster en liderazgo y Máster laureada en Estudios Políticos. Experiencia en desarrollo de negocios, innovación y empoderamiento de mujeres líderes.

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