Hablar de coaching ontológico es hablar de transformación. Sin embargo, no podemos reducir el término a una simple palabra, porque veremos que es mucho más complejo que eso. Su definición plantea un gran desafío precisamente por el enfoque que propone.
Lo que en primer lugar resalta sobre esta disciplina es que es uno de los tipos de coaching que existen hoy en día. Pero, al mismo tiempo, no se trata del abordaje más usual en las empresas.
De hecho, muchas veces se confunde al ontológico con otras formas de coaching, como el personal, ejecutivo o transformacional. Lo que se debe a que el primero no ha tenido tanta repercusión como otros enfoques más comunes en las organizaciones y en la sociedad en general.
Debido a que hay tanta confusión en torno a este tema vamos a comenzar por definir qué es y para qué sirve el coaching ontológico y luego veremos las claves para descifrarlo.
Tabla de contenidos
¿Qué es coaching ontológico?
Dijimos que no es fácil definir qué es coaching ontológico. En principio, porque su objeto de trabajo es el ser y sus propiedades trascendentales. En este tipo de abordaje el individuo es considerado una trilogía entre lenguaje, cuerpo y emociones. El coaching ontológico sostiene que al intervenir en uno de esos elementos se pueden transformar los demás. Con ello es posible potenciar las capacidades de la persona.
De esta manera, el coaching ontológico es una disciplina que brinda una manera diferente de interpretar a los seres humanos. Brinda una gran importancia a las palabras. De hecho, uno de sus postulados es que el lenguaje no solo describe la realidad, sino que la crea.
En este sentido, cuando una persona en una sesión puede verbalizar de qué forma actuó ante una determinada situación, también puede generar un cambio de enfoque a partir de allí. Esa toma de conciencia y aprendizaje se logra a través del lenguaje.
Por ello, el coaching ontológico es también una dinámica de transformación mediante la cual las personas y organizaciones revisan su forma de estar en el mundo y la modifican. Esto es clave para las empresas, en tanto, esta modalidad de coaching se presenta como una conversación que crea un nuevo sentido y con ello, una nueva cultura.
Quizás la frase que mejor encierra esta idea es la del autor y filósofo chileno, Humberto Maturana: “Todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde se crea la realidad en que vivimos”.
Actualmente, el contexto de las empresas cambia constantemente. Por ello es importante poder acompañar a los trabajadores a desarrollar nuevas perspectivas. Sobre todo, a asimilar el cambio como parte de lo cotidiano.
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¿Qué significa coaching ontológico?
Otra forma de entender el concepto que nos ocupa es descifrar su significado. ¿Qué significa coaching ontológico? Para ello tenemos que revisar cada término que lo conforma. Por un lado, está la palabra “coaching” que significa entrenamiento.
Rafael Echevarria, filósofo chileno considerado uno de los padres del coaching ontológico, explica que el coaching es una práctica que se desarrolla en los deportes. Allí, un coach interviene en un individuo o un equipo para llevarlo a niveles de desempeño que por sí mismo era incapaz de alcanzar.
Sin embargo, en este concepto del coaching que proviene del mundo de los deportes, el coach funciona como director técnico. Es decir, le dice a los jugadores cómo lograr mejores resultados. Algo que no ocurre en el coaching ontológico, sino lo contrario.
Por su parte, la ontología es una rama de la filosofía que estudia la ciencia del ser. Esta produce experiencias de aprendizaje de carácter transformacional que modifican al individuo.
Así, para responder qué significa coaching ontológico, podemos resumirlo diciendo que es el entrenamiento enfocado en el ser.
¿Para qué sirve el coaching ontológico?
Ahora vamos a descifrar para qué sirve el coaching ontológico. En principio, debemos partir del objetivo de esta práctica. Esta disciplina establece que el coach ontológico no brinda indicaciones concretas sobre qué hacer o cómo modificar la conducta.
Por el contrario, lo que hace el coaching ontológico es facilitar el aprendizaje de la persona sobre su propio ser. Es a partir de allí que se producen los cambios.
Este autoconocimiento que logra cada individuo le permite identificar fortalezas y debilidades. Con base en ello, puede construir la persona que desea ser.
A través del acompañamiento, cada coachee puede afrontar sus miedos y barreras autoimpuestas, para crear una versión mejorada de sí mismo. Lo que disminuye la frustración. Algo que es clave para mantener la motivación y avanzar hacia los objetivos.
Asimismo, las herramientas de autoexploración que brinda el coaching ontológico ayudan a que los individuos tengan más claridad sobre sus hábitos y sean capaces de analizar sus acciones. Esto tanto para identificar qué cosas podrían hacer de otra manera y, con ello, obtener otros resultados. Así, se puede mejorar la productividad laboral, pero sobre todo la confianza.
Por todo lo anterior, el coaching ontológico puede ser una metodología muy útil para las empresas que buscan desarrollar a su personal y sacar lo mejor de sus equipos. Puesto que con este tipo de coaching puedes brindarle el apoyo necesario a tus colaboradores para que:
- Entiendan mejor sus comportamientos.
- Conozcan sus debilidades y fortalezas.
- Desarrollen sus habilidades y competencias.
- Aporten verdadero valor a la organización.
Gracias a todo ello, el coaching ontológico contribuye a crear un entorno laboral más favorable y equipos más colaborativos. En tanto, cada persona sabrá qué puede aportar y así lograr los objetivos propuestos.
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¿Qué hace el coaching ontológico?
Otra de las dudas frecuentes es qué hace el coaching ontológico. Sobre ello, lo primero que podemos decir es que esta metodología cuestiona los modos tradicionales de las personas al percibir, interpretar y accionar sobre su realidad. Siempre sobre la base del respeto.
Se usan preguntas para generar un espacio de reflexión. Es decir, se interviene sobre el lenguaje y sobre lo que se dice en la sesión, para que la persona pueda revisar sus propias respuestas y, con base en ello, aprender más de sí mismo.
En este sentido, lo que hace el coaching ontológico es preguntar sobre aquellos supuestos que el individuo considera determinados. El típico relato de “yo soy así” empieza a desarmarse gracias a esta intervención.
Por ello el coaching ontológico puede ayudar a que las personas y los equipos interrumpan sus patrones de conducta automáticos y comportamientos habituales. Así, pueden comenzar a accionar desde otro lugar, gracias al aprendizaje que obtienen sobre sí mismos.
El coaching ontológico también permite descubrir nuevas perspectivas y con ello propicia la generación de ideas distintas en la mente de las personas. En estos términos, la metodología ayuda a tener una nueva mirada sobre el propio ser. Para poder así:
- Soltar lo conocido.
- Iniciar un recorrido hacia facetas propias inexploradas.
- Atreverse a diseñar un futuro alineado a los objetivos deseados.
Pero hay algo que debe quedar claro: el coaching ontológico no ofrece conocimiento. Es el coachee quien construye su propio aprendizaje durante el proceso. Por ello esta metodología exige un rol muy activo de las personas que participan.
5 aspectos clave del coaching ontológico
Ya tenemos nociones más claras sobre qué es y para qué sirve el coaching ontológico. Sin embargo, para comprender en profundidad este concepto nos resta saber cuáles son las claves que lo identifican.
En concreto, existen al menos 5 aspectos fundamentales que debes conocer sobre el coaching ontológico antes de decidir si es la metodología adecuada para aplicar en tu equipo.
1. El rol del coach ontológico
Como vimos antes en el significado de coaching, la disciplina proviene de los deportes y la metodología se aplicaba exclusivamente en ese ámbito. Allí, el coach ejerce el rol de entrenador. Su labor consiste en dirigir al equipo al logro de los resultados esperados.
Para ello brinda conocimientos técnicos o especializados y comparte su propia experiencia. A partir de toda esta información propone caminos a seguir para lograr los objetivos.
El coach ontológico, en cambio, facilita la reflexión mediante las preguntas que hace. Su rol específico es el de cuestionar las formas en que las personas y equipos perciben sus realidades.
El objetivo de este acompañamiento es permitirles cambiar las estrategias y dinámicas establecidas. Sobre todo porque estas pueden haber dado resultado en el pasado, pero nada garantiza que sigan dándolo en el presente.
Entonces, el coach ontológico tiene un rol de facilitador. Cuestiona para invitar al individuo a reflexionar y repensar sus decisiones y comportamientos. Para, de este modo, propiciar nuevas formas de ser y hacer que resulten más efectivas para lograr los objetivos deseados en el presente.
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2. La perspectiva
Además del facilitador, es decir, la persona que acompañará en el proceso de coaching ontológico, otra clave de la disciplina es el cambio de perspectiva. Por eso al inicio de este artículo hablábamos del rol transformador de este método. Lo interesante es que ese cambio parte del propio individuo, ya que comienza como un cambio de perspectiva.
Todos tenemos un concepto establecido de nosotros mismos. Es el relato que nos contamos y compartimos a otros acerca de quiénes somos y qué hacemos. Sin embargo, es ilógico pensar que seguimos siendo iguales a como éramos en la niñez. Nos hemos transformado, pero muchas veces no es fácil de asimilar. Por ello, nos seguimos definiendo a partir de la misma historia.
Para lograr un mayor bienestar y efectividad en lo que queremos lograr es necesario cuestionar las antiguas formas de pensamiento. Es decir, el relato que contamos y la idea que tenemos de nosotros mismos. Este es el punto de partida para ampliar la mirada y generar nuevas posibilidades. Estas pueden llevarnos a obtener resultados impensables sin atravesar primero por un proceso de coaching ontológico.
Sin duda, cuando hablamos de una disciplina como esta, el cambio de enfoque está en el centro de la estrategia. Esto es lo que lleva al aprendizaje transformacional: aprender de uno mismo para cambiar.
3. El aprendizaje
Como mencionamos en el punto anterior, el aprendizaje también es una parte esencial del coaching ontológico. Por ello, uno de los aspectos clave para entender esta metodología radica en comprender qué influencia tiene este factor en su éxito.
También dijimos antes que el coach ontológico no ofrece conocimiento. ¿Cómo se produce entonces ese aprendizaje en la persona que participa de esta clase de proceso? A través de la reflexión. El coach ontológico facilita esto mediante el cuestionamiento de todos los supuestos que la persona da por definitivos.
El profesional invita al coachee a reflexionar, escucharse y comprender aquello que declara que quiere concretar. En función de ello, este aprende a buscar alternativas para conseguirlo.
El aprendizaje ocurre cuando la persona es capaz de desaprender lo que sabía de sí mismo y de sus comportamientos y puede llevar a cabo nuevas acciones de forma repetida y autónoma. Conductas que, por cierto, influyen en los resultados que se comienzan a obtener.
En este punto, se ve reflejado parte del espíritu de aquella frase de Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Lo interesante del coaching ontológico es que propone el cambio, pero a partir del aprendizaje. Lo que hace a esa transformación mucho más profunda y efectiva.
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4. La transformación
Como venimos observando, otro de los aspectos clave del coaching ontológico es la transformación que puede facilitar. Este cambio se produce a partir de lo que el coachee aprende sobre sí mismo, sobre la forma de interpretar su realidad y sobre sus acciones.
Así, esta metodología propone la transformación de paradigmas, tanto en los individuos como en las organizaciones. Modificando la forma en que perciben su realidad y situación actual. Este es el punto de partida para habilitar nuevas posibilidades y dejar atrás acciones que quizás funcionaron en el pasado, pero ya no.
La transformación que produce el coaching ontológico genera nuevas oportunidades de ser y hacer que contribuyen a alcanzar los resultados deseados. Pero, para ello, es necesario poner en jaque las antiguas maneras de pensar y aprender cómo transitar un nuevo camino.
Claro que esto no ocurre de un día para el otro, la transformación es un proceso y, como tal, lleva tiempo. Esto depende en gran medida de los objetivos planteados al iniciar esta clase de intervención. Pero, por lo general, se acuerda previo a iniciar, de manera que el coachee o equipo que participa de esta dinámica sepa de antemano cuánto durará el proceso.
5. El nuevo “ser”
¿Qué obtiene la persona a través del coaching ontológico? Como ya dijimos, se genera una nueva perspectiva y con ello, un cambio de comportamiento. La ansiada transformación. Sin embargo, el foco de este tipo de coaching es el ser humano y no el resultado o el efecto.
Por ello se hace mucho énfasis en correr los objetivos del centro del proceso y colocar a la persona en su lugar. En este sentido, se parte de la premisa de que para llegar a los resultados, se deben dar las condiciones previas. Estas dependen en gran medida de los pensamientos, decisiones y comportamientos de cada persona.
Entonces, para que una empresa consiga los objetivos que persigue, primero debe desarrollar en su equipo los comportamientos necesarios para producir ese resultado. Para actuar de tal manera, antes se necesita ser el tipo de persona capaz de comportarse así.
En otras palabras, el coaching ontológico va a la raíz del asunto, al ser de cada individuo. Así, prepara a las personas para comportarse del modo requerido en pos de los resultados deseados.
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No hay dudas de que toda acción realizada en una empresa para empoderar a los trabajadores puede dar buenos frutos. El coaching ontológico puede ser una de las iniciativas a implementar en tu equipo.
Ten presente que este proceso puede ejecutarse de forma individual o grupal y que en cualquier caso ofrece ventajas significativas para toda organización. Esto gracias a brindar herramientas que ayudan a que los colaboradores desarrollen sus talentos.
Está comprobado que las personas trabajan mejor cuando se sienten más a gusto con su desempeño. También cuando entienden cómo impacta su actividad en los resultados de la organización.
Por ello, el proceso de coaching ontológico puede brindar información clave a cada trabajador para tener una perspectiva más clara sobre su rol en la compañía.
Más allá de todas las ventajas de este proceso, es importante entender que para aprovechar al máximo esta clase de iniciativas la tecnología puede ser una gran aliada.
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