Quizá lo más importante es que te centres en lo positivo. El burnout, o quemarse en el trabajo es algo que experimentan millones de personas en su trabajo. Hay varias razones por las cuales las personas pueden quemarse en el trabajo, pero entre las más importantes podemos encontrar la sobrecarga de trabajo, la falta de apoyo, la falta de control, la falta de reconocimiento y un ambiente de trabajo tóxico.
La sobrecarga de trabajo es un factor importante que contribuye mucho a provocar el burnout. Cuando una persona tiene una carga de trabajo excesiva, puede sentirse abrumada y estresada, lo que puede llevar al agotamiento. Además, si siente que no tiene el apoyo necesario de su manager o de sus compañeros y compañeras de trabajo, también puede sentirse aislada y sola, lo que todavía empeorará más las cosas.
La falta de control sobre el trabajo también puede ser un factor importante que contribuye a que nos sea difícil disfrutar en nuestro trabajo. Cuando una persona siente que no tiene control sobre sus tareas o no puede tomar decisiones importantes, puede sentirse frustrada y desmotivada. Incluso, la falta de reconocimiento por el trabajo realizado también puede ser un factor que contribuye mucho al burnout. Si una persona siente que su trabajo no es valorado o no recibe suficiente reconocimiento por sus logros, puede sentirse desmotivada y agotada.
Por último, un ambiente de trabajo tóxico, donde hay conflictos, favoritismo, bullying o falta de ética, también puede contribuir a que acabemos quemados.
Es importante que las empresas presten atención a estas cuestiones y trabajen en mejorar el ambiente laboral para evitar que sus empleados se quemen y, en última instancia, puedan terminar abandonando su puesto.
Las empresas pueden tomar medidas como reducir la carga de trabajo, ofrecer apoyo emocional y establecer una cultura de reconocimiento para prevenir estos problemas y mejorar la satisfacción laboral, pero nosotros, como trabajadores también podemos tomar algunas medidas para que el domingo por la tarde no se convierta en un suplicio pensar que al día siguiente volvemos a trabajar. Veamos algunas de ellas.
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Aprende a amar tu trabajo
Dependiendo de tu situación, quizá te parezca algo complicado llegar a amar tu trabajo, pero se dice que, si lo consigues, nunca trabajarás un día más en tu vida, porque tu trabajo dejará de parecerte una obligación y, por ende, no llegarás al punto de quemarse en el trabajo.
Pero bueno, siendo realistas, aunque esta es una situación ideal, no hay muchas personas que lleguen a ese nivel de entusiasmo. La mayoría de nosotros, trabajamos para vivir, lo que es perfectamente lícito. Para el común de los mortales, trabajar es una forma de obtener ingresos, no forma parte de su identidad.
Lo que sí que es más probable es que seas capaz de identificar algo en tu trabajo de lo que puedas disfrutar mucho. Desde cosas muy pequeñas como tomar un buen café cada mañana a otras como ir caminando o en bicicleta hasta la sede de tu empresa, pero hay muchas más. Por ejemplo, el tener un propósito y la satisfacción de hacer un trabajo bien hecho puede ser muy gratificante. También se puede disfrutar mucho de las relaciones interpersonales y del trabajo en equipo, especialmente cuando se trabaja con personas amables y colaboradoras.
Además, el aprendizaje y el crecimiento profesional pueden ser aspectos muy positivos del trabajo. Aprender nuevas habilidades y adquirir experiencia puede ser emocionante y motivador, especialmente cuando se ve el progreso y los resultados de ese aprendizaje en el propio trabajo.
Otra cosa que se puede disfrutar mucho es tomar el trabajo como una forma de dar salida a nuestra creatividad y a nuestra pasión por la innovación. Si se tiene un trabajo que permite un cierto grado de creatividad, se puede disfrutar de la oportunidad de probar nuevas ideas y de experimentar con diferentes enfoques.
Por último, algunos trabajos ofrecen flexibilidad y autonomía, lo que puede ser algo muy valioso para las personas que valoran la independencia y la libertad para tomar sus propias decisiones tanto en su vida laboral como personal. La posibilidad de establecer un horario de trabajo flexible o trabajar desde casa también puede ser muy atractiva para algunas personas.
Estos son solo algunos ejemplos de cosas que te pueden hacerte amar un poco más tu trabajo y así conseguir que te sientas mejor, pero seguro que si piensas en tu caso concreto, podrás dar con otros muchos aspectos positivos. Todo esto contribuye a que no se llegue al punto de quemarse en el trabajo.
Intenta pasártelo bien y entrar en estado de flujo
En un estudio de 2016 realizado por las profesoras Barbara Plester y Ann Hutchinson titulado Fun times: The relationship between fun and workplace engagement (Momentos divertidos: la relación entre la diversión y el compromiso en el lugar de trabajo), se estudió la relación entre lo bien que los empleados se lo pasan en el lugar de trabajo y el compromiso que desarrollan respecto a él.
Las investigadoras descubrieron que algunas formas de diversión laboral brindan un descanso muy refrescante a los empleados y empleadas, lo que, a su vez, genera que estos se sientan mejor, lo que se traduce en un mayor grado de compromiso con el trabajo y con sus tareas.
Por otro lado, las autoras descubrieron que algunas personas experimentan en su trabajo un tipo de diversión muy particular que nace de la propia realización del trabajo: el estado de flujo. Según el psicólogo húngaro Mihály Csíkszentmihályi, que nombró este efecto en su libro Fluir (flow): una psicología de la felicidad, publicado en 1975, este estado se define de la siguiente manera: “El flujo o estado de flow es un estado subjetivo que las personas experimentan cuando están completamente involucradas en algo hasta el extremo de olvidarse del tiempo, de la fatiga y de todo lo demás, excepto de la actividad en sí misma”.
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Concéntrate en las cosas buenas
En la mayoría de los casos, no todo lo que ocurre en el entrono laboral es malo, y no es necesario pensar que puede llegar a quemarse en el trabajo. Quien más y quien menos puede encontrar cosas que le gustan o que son positivas para su vida. A continuación os daremos algunos ejemplos:
1.Ubicación
Una ubicación atractiva del lugar de trabajo puede resultar un factor muy motivador para algunas personas. Trabajar en el centro una metrópolis bulliciosa con fácil acceso a parques, restaurantes, museos y atracciones turísticas puede ser una gran ventaja para personas que residen en lugares más tranquilos. Además, tener una plaza de parking o disfrutar de transporte público gratuito puede hacer que la experiencia laboral resulte más agradable. Por otro lado, si vives en el centro de la ciudad, que tu lugar de trabajo esté fuera de la misma, en un lugar más tranquilo a las afueras puede ser una manera de disfrutar del aire fresco.
2.Privacidad
La privacidad en el lugar de trabajo es algo que muchos empleados valoran. Ya disfrutes de un despacho privado o de un cubículo, tener un espacio propio para trabajar puede ser un beneficio importante, especialmente si no disfrutas de un espacio similar en casa.
3.Materiales
Contar con herramientas y suministros necesarios para realizar el trabajo puede ser una gran ventaja. Desde bolígrafos hasta teléfonos móviles, cascos, martillos… Tener todo lo que necesitas para hacer tu trabajo puede hacer que la experiencia laboral sea más agradable.
En definitiva, hay muchos beneficios que se pueden disfrutar en el lugar de trabajo. Tener presentes todas estas ventajas puede ayudar a los empleados y empleadas a centrarse en lo positivo en lugar de en la carga que puede suponer tener que trabajar y así encontrar un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.
